La Primera Guerra Chino-Japonesa (1894-1895) enfrentó a China y Japón por el control de Corea. En marzo de 1895 los dos países firman el tratado de paz Shimonoseki y China aceptó la cesión de Taiwán, las Islas Pescadores y Liaodong a Japón.
Pero Rusia, respaldada por franceses y británicos, exigió a Japón parte de estas cesiones. Japón, incapaz de enfrentarse a Rusia, renunció, en favor de Rusia, a los derechos adquiridos sobre la península de Liaodong y su codiciada plaza estratégica de Port Arthur. Este hecho, pese a conservar el resto de ganancias territoriales y la influencia sobre Corea, creó un enorme ánimo de revancha en los nipones que pudieron desquitarse diez años más tarde en la Guerra Ruso-Japonesa.
Muchos de los los ukiyo-e de los artistas de la época representan escenas de estas dos guerras que convirtieron a Japón en la primera nación imperialista de Asía. Se realizaron multitud de copias de estos grabado, sobre todo de la guerra Chino-Japonesa. La mayoría de estas imágenes patrióticas del ejército japonés y de su victoriosa armada fueron encargadas por la oficina de propaganda del Gobierno japonés para fomentar la unidad y el orgullo nacional. Las imágenes se distribuyeron en todo el país y en el extranjero.
La clasificación de los grabados de la guerra Chino-Japonesa ha sido realizada por Macarena Angulo Cabeza en su Trabajo fin de Master "EL GRABADO JAPONÉS EN LA COLECCIÓN DE EMILIO BUJALANCE: LA GUERRA SINO-JAPONESA (1894-1895)" en la Universidad de Zaragoza (2017). El trabajo puede obtenerse en https://zaguan.unizar.es/record/64650/files/TAZ-TFM-2017-984.pdf
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Serie "Cien batallas, cien victorias"
Guerra Ruso-Japonesa
Serie "Cien victorias, cien risas"